window.advanced_ads_ready=function(e,a){a=a||"complete";var d=function(e){return"interactive"===a?"loading"!==e:"complete"===e};d(document.readyState)?e():document.addEventListener("readystatechange",(function(a){d(a.target.readyState)&&e()}),{once:"interactive"===a})},window.advanced_ads_ready_queue=window.advanced_ads_ready_queue||[]; var advadsCfpQueue = []; var advadsCfpAd = function( adID ){ if ( 'undefined' == typeof advadsProCfp ) { advadsCfpQueue.push( adID ) } else { advadsProCfp.addElement( adID ) } };
lamarea.com
  • La Marea
  • Kiosco
  • Climática
DONA SUSCRÍBETE
SUSCRÍBETE
Iniciar sesión
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Sociedad
  • Opinión
  • Medio ambiente
  • Economía
  • Revista
ANTERIOR

También Kafka se fue a nadar

SIGUIENTE
SUSCRÍBETE DESDE 17€. Además, si verificas que eres humano con el código HUMANA, te llevas un 10% de descuento en tu suscripción a la revista

Un momento para respirar

También Kafka se fue a nadar

«Si Pessoa anhelaba ser todas las personas en todas partes, yo he querido ser todos los escritores –y todas las escritoras–», anota Ovejero en su diario tras leer ‘Los íntimos’, de Marta Sanz.

«Mientras escribo estas menudencias, Israel bombardea el Líbano», se lamenta José Ovejero en su diario. REUTERS
José Ovejero
03 octubre 2024 Una lectura de 5 minutos
Telegram Linkedin Url

28 de septiembre

Estoy leyendo a la vez tres novelas, dos libros de poemas y un libro autobiográfico. He empezado a escribir una novela y un libro de poemas. Y este diario. También tengo varios libros sobre la mesa que quiero o debo leer o alguien me ha pedido que lea.

En el último capítulo de «Libros y susurros» [la sección del suplemento El Periscopio] le decía a Edurne que iba a dejar de escribir. Mientras tanto, estoy ya pensando en el libro de poemas y en dos nuevos proyectos de novelas. Aparte de revisar La ética de la crueldad y Escritores delincuentes.

De pronto todo esto me agobia, me siento incapaz de hacer frente a mis obligaciones y deseos. Tengo la impresión de que demasiadas cosas que podrían hacerme ilusión se convierten en tareas porque necesito terminarlas pronto para dejar paso a otras. Pero no sé cómo frenar, cómo escoger.

Durante un tiempo estuvo de moda el término «autoexplotación» y después se puso de moda decir que dicho término escondía la explotación auténtica: los honorarios insuficientes nos llevaban al pluriempleo y la inseguridad laboral a mantener abiertas todas las puertas posibles para que si se cerraba una pudiésemos avanzar por otra. Puede que sea cierto. En mi caso no hay otro culpable. Soy yo mismo, no el mercado ni un jefe ni el espíritu de supervivencia. Soy yo quien no puede parar. Odio esta ambición desmedida de contar lo que aún no he sabido contar.


Ayer, de regreso del viaje a Francia, hacemos escala en la frutería en Barco de Ávila. El frutero, tras comentar que este año apenas se han producido manzanas reineta, afirma que el gobierno provoca el cambio climático para que tengamos que importar los productos agrícolas y los «nuestros» se estropeen. Añade: lo pone en el BOE.

Primero pienso que habla en broma. Pero lo terrorífico es que podría estar diciéndolo en serio.

De igual manera, cuando leo comentarios en Twitter sobre el fraude de Alvise, en los que se dice que «al menos lo ha reconocido, no como los socialistas» o que «cien mil euros no es nada comparado con lo que roban los socialistas» –o los comunistas, o los rojos, así, en general– mi cabeza intenta tranquilizarme diciéndome que se trata de bots. E imagino a gente que no tiene otro medio de ganarse la vida, gente tan necesitada que a contra corazón se dedica día a día a publicar idioteces malignas. Pero luego también me digo que podría tratarse de personas auténticas diciendo lo que de verdad piensan. Al fin y al cabo, ochocientos mil votantes apoyaron a alguien que es, a todas luces, un sinvergüenza sin escrúpulos. Y me deprimo toda la tarde.

29 de septiembre

Uno de los libros que estoy leyendo es Los íntimos, de Marta. Desde la primera página se reconoce en él su voz inconfundible, lo que es otra manera de decir «su mirada inconfundible». No es posible separar una de la otra. Y me doy cuenta de que siento envidia. Yo no tengo una voz inconfundible, de hecho, siempre he procurado no apegarme a ninguna. Si Pessoa anhelaba ser todas las personas en todas partes, yo he querido ser todos los escritores –y todas las escritoras–. El resultado es, quizá, que no he conseguido ser un escritor definido, encontrar un lugar propio desde el que crecer. En vez de ser todos soy nadie. O no sé quién soy: el hombre que habla o la marioneta a la que da voz; más bien, las marionetas. Hoy, quiero decir esta tarde, me pesa que sea así.

Como era previsible, se me ocurre un cuento de terror en el que el marionetista se da cuenta de que está disolviéndose en sus marionetas, que van cobrando vida mientras él la pierde.


Los íntimos es un libro valiente y a la vez cauteloso, tierno y feroz, desvalido y acorazado, barroco y sencillo, exhibicionista y pudoroso. De una honestidad punzante pero que también sabe presentarse bajo una luz favorecedora. Herida y máscara, disfraz y desnudo integral.


Alguien (¿fue Bernard Shaw?) escribió aquello de que querría ir al cielo por el clima, al infierno por la compañía. Suele decirlo gente que presume de transgresora, desobediente, original en su desafío de las convenciones. Yo, como no creo en el cielo ni en el infierno, he decidido que mientras viva quiero estar rodeado de gente buena. Lo demás es rio. Porque quienes cortejan la imagen de maldad suelen ser gente muy pesada, egocéntrica, que se siente por encima del resto. Suelen ser gente aburrida e irritante.

Y lo que a menudo no se entiende es que precisamente la gente buena es aquella que se rebela y transgrede, cuya conciencia no le permite someterse y adaptarse. Se me ocurren varios ejemplos de varias categorías, pero los nombres son indiferentes.


Mientras escribo estas menudencias, Israel bombardea el Líbano.


Una puerta en una pared no es solo una interrupción de la pared: abre un camino a otras estancias. Un cuadro no es la interrupción de una superficie de la realidad: abre un camino a más realidad. Un libro no es solo un volumen que ocupa una parte del espacio: crea espacio.

Mientra escribo estas menudencias, Irán bombardea Israel como respuesta a la agresión contra el Líbano. Y, como Kafka, nos vamos a nadar o, la versión moderna, tuiteamos nuestra impotencia.

Telegram Linkedin Url

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

€
  • #libros
  • #Marta Sanz
  • #Un momento para respirar

¿Sabes lo que cuesta este artículo?

Publicar esta pieza ha requerido la participación de varias personas. Un artículo es siempre un trabajo de equipo en el que participan periodistas, responsables de edición de texto e imágenes, programación, redes sociales… Según la complejidad del tema, sobre todo si es un reportaje de investigación, el coste será más o menos elevado. La principal fuente de financiación de lamarea.com son las suscripciones. Si crees en el periodismo independiente, colabora.

Suscríbete dona
Artículos relacionados

Poesía bajo las bombas

José Ovejero
26 septiembre 2024

Prisiones de primera clase

José Ovejero
19 septiembre 2024
Comentarios
  1. Carmen C. dice:
    11/10/2024 a las 14:23

    Yo todo el día me paso deprimida ante la inquietante realidad de nuestros días y el desesperanzador futuro que se vislumbra. Reconozco que con esta actitud lo único que consigo es inutilizarme a mí misma. Y eso es lo que quiere el enemigo. Así que en esta lección existencial estoy.
    …»cantamos por el niño y porque todo
    y porque algún futuro y porque el pueblo
    cantamos porque los sobrevivientes
    y nuestros muertos quieren que cantemos
    cantamos porque el grito no es bastante
    y no es bastante el llanto ni la bronca
    cantamos porque creemos en la gente
    y porque venceremos la derrota
    cantamos porque el sol nos reconoce
    y porque el campo huele a primavera
    y porque en este tallo en aquel fruto
    cada pregunta tiene su respuesta
    cantamos porque llueve sobre el surco
    y somos militantes de la vida
    y porque no podemos ni queremos
    dejar que la canción se haga ceniza».
    (Mario Benedetti)
    ——————————————————-
    Marca España: «Premio Ciudad de Alcalá a las Artes y a las Letras» a…. Ana Rosa Quintana
    Empresaria y presentadora de un programa de TV basura, es conocida por sus ideas de extrema derecha.
    En las bases del Premio Ciudad de Alcalá a las Artes y a las Letras se recoge que está destinado a “quienes han consagrado su vida y el conjunto de su obra al enriquecimiento de nuestro patrimonio cultural común en sus diversas disciplinas y en su más amplio sentido, con aportaciones originales en cualquier género de las manifestaciones artísticas y literarias”.
    Sin comentarios.

    Responder

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Lo más leído

  • Pedro Sánchez pide perdón a la ciudadanía y descarta elecciones: "Hasta esta misma mañana yo estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán"
  • Jeff Sharlet: "Hace muchos años que en Estados Unidos la izquierda secular ocupa el margen"
  • Sergio Toribio, activista en la Flotilla de la Libertad, es deportado a España
  • Lo de Santos Cerdán (parece que) no es lo de Begoña Gómez
  • Más de un millar de resoluciones del Consejo de Transparencia han sido ignoradas desde 2016

Actualidad

  • Internacional
  • Cultura
  • Política
  • Clima
  • Sociedad

Conócenos

  • La Marea
  • Cooperativistas
  • Transparencia
  • Política de cookies
  • Política de privacidad

Kiosco

  • Suscripciones
  • Revistas
  • Libros
  • Cursos
  • Descuentos
  • o

Síguenos

Apúntate a nuestra newsletter

Apúntate
La Marea

La Marea es un medio editado por la cooperativa Más Público. Sin accionistas detrás. Sin publirreportajes. Colabora con una suscripción o una donación

MásPúblico sociedad cooperativa. Licencia CC BY-SA 3.0.

Compartir a través de

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los s sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos. Leer más

AceptarResumen de privacidad
Política de Cookies

Resumen de privacidad

Este portal web únicamente utiliza cookies propias con finalidad técnica y necesarias para el funcionamiento de la web, no recaba ni cede datos de carácter personal de los s sin su conocimiento. Sin embargo, contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas a la de LaMarea que usted podrá decidir si acepta o no cuando acceda a ellos.
Funcionales
Siempre habilitado

Las cookies funcionales son esenciales para garantizar el correcto funcionamiento de nuestro sitio web, ya que proporcionan funcionalidades necesarias. Desactivarlas podría afectar negativamente a la experiencia de navegación y a la operatividad del sitio.

Guardar y aceptar